La pasión como el mayor motor
Siempre se me dieron bien aquellas cosas que realmente me divertían. Baloncesto, atletismo y todas las materias de ciencias en la escuela.
¿Matemáticas, química, biología, física? ¡Pan comido! Para mí. Porque disfrutaba, y eso hacía que aprender fuera fácil y que las buenas notas llegaran por sí solas.
Pronto comprendí que pasión, curiosidad y disciplina son los ingredientes del éxito.
Pero este sistema mental tiene un límite.